Para los venezolanos en Colombia, los micropréstamos brindan una oportunidad para empezar de nuevo
De los 6 millones de venezolanos que han huido de las convulsiones en su país, más de 1,7 millones se han asentado en Colombia. Al no tener cuentas bancarias, pocos han podido crear empresas y llevar vidas estables. Pero Bancamía está cambiando esa situación.

En noviembre de 2021, IFC y Bancamía, el primer banco de microfinanzas de Colombia, lanzaron un programa piloto para ayudar a los venezolanos en Colombia a integrarse a la vida social y económica. A través de este programa, Bancamía busca fortalecer su oferta de valor para promover el desarrollo productivo de los migrantes. Desde 2018 Bancamía viene sumando productos, servicios y canales para la atención de la población migrante, llegando a más de 5.300 venezolanos.

María José Logran Martínez y Yulimar Loreto Díaz, dos mujeres venezolanas refugiadas en Colombia, están construyendo nuevas vidas para sí mismas y sus familias con la ayuda de los préstamos de Bancamía.
Cuando María José Logran Martínez y su esposo dejaron Venezuela en busca de una vida más estable para sus tres hijas, se mudaron a Colombia con el fin de estar cerca de algunos familiares. Aunque ella tenía pocas opciones de ganar dinero, se le ocurrió una gran idea: un negocio de alquiler de lavadoras por hora. Vio la necesidad en su barrio, donde la gente es demasiado pobre para tener sus propias máquinas de lavar ropa, de modo que ella y su esposo decidieron ir a Bancamía para pedir un préstamo. Sin embargo, como muchos otros venezolanos, ella emigró sin un pasaporte válido, y sin dicho documento, no podía abrir una cuenta bancaria.
Pero el programa de Bancamía para incluir a los venezolanos en el sistema financiero tuvo en cuenta problemas como este. Un representante del banco la visitó en su casa, revisó sus cuentas y documentos y aprobó su primer préstamo de 1,2 millones de pesos colombianos (USD 316) al día siguiente, junto con un permiso de residencia otorgado por la oficina de inmigración de Colombia.
Finalmente, ella y su esposo recibieron dos préstamos de Bancamía por un total de 4,7 millones de pesos colombianos (USD 1238). La pareja utilizó los préstamos para comprar nuevas lavadoras y repuestos, junto con productos como jabón y detergente que venden a los clientes. Ahora tienen 40 máquinas de lavar, la mayoría de las cuales están apiladas en el garaje de su pequeña casa.
“El préstamo bancario cambió mucho mi vida porque me ha permitido armar el negocio que tengo actualmente, independizarme y no tener que trabajar para otra persona”, dijo Logran.

Trabajar por su cuenta significa trabajar desde casa, donde los clientes comienzan a llamar a las 7 de la mañana para solicitar las lavadoras. Mientras responde a los clientes, Logran lleva y trae a sus tres hijas a la escuela, las ayuda a cocinar y a realizar sus tareas escolares. Ella y su marido también apoyan a su cuñada y le pagan sus estudios universitarios.
Logran quiere hacer crecer su negocio y comprar más lavadoras, ya que en ocasiones hay más demanda de la que puede satisfacer. Lo que ha logrado hasta ahora es solo el comienzo, señaló.
“He podido crear un historial de crédito y, en unos años, podré pedir un préstamo para un auto o una casa”, agregó. “Entonces, podré decir: ‘¡Oh, vaya, lo logré!’”.
Yulimar Loreto Díaz, una venezolana de 46 años y madre de dos hijos, visitó Colombia en 2019. Nunca pensó que ella y su familia permanecerían allí más de tres años. Durante su visita a Colombia, el Gobierno venezolano cerró los cruces fronterizos, y Díaz y su familia no pudieron volver a casa.
Por eso, en lugar de regresar a la compañía de televisión por cable que dirigía, Díaz se vio forzada a trabajar con su esposo en la cocina de un restaurante colombiano. Pero pronto se despertó su instinto emprendedor; y decidieron abrir su propio negocio. Como graduada en informática, tenía la mirada puesta en un taller de reparación de teléfonos celulares y computadores. Sin embargo, debido a que no tenía un historial crediticio, pocas personas la tomaban en serio.
“Nadie quería alquilarnos un espacio. Seguíamos presentando postulaciones y seguíamos siendo rechazados”, contó Díaz. Finalmente, un amigo colombiano se convirtió en codeudor, y encontraron un local para arrendar.
Luego vino un desafío mayor: para iniciar el nuevo negocio necesitaban capital.
“En Venezuela, teníamos nuestras propias tiendas, y teníamos nuestro historial crediticio”, dijo Díaz. “Ha sido difícil tratar de conseguir financiamiento acá”.
Fue entonces cuando intervino Bancamía. Bancamía le otorgó a Díaz un préstamo de 3 millones de pesos colombianos (USD 790). Este financiamiento ayudó a la pareja a hacer crecer su negocio. Originalmente, en la tienda vendían tarjetas SIM y prestaban servicios de fotocopiado, internet y telefonía internacional, pero el negocio se expandió rápidamente. En la actualidad, prestan servicios de reparaciones de computadores y teléfonos celulares, gracias a las nuevas herramientas y equipos que pudieron comprar con el préstamo.
A pesar de eso, ha sido un comienzo difícil. Díaz abrió su tienda en febrero de 2020, justo antes del inicio de la pandemia de COVID-19, y tuvo que dejar de funcionar durante dos meses. Ella obtuvo un permiso especial para reabrirla porque el confinamiento y la obligación de trabajar desde casa provocaron una mayor demanda de servicios de computadores y teléfonos celulares. Lamentablemente, menos de un año después, unos ladrones robaron toda la mercadería de su negocio.
Pero Díaz y su esposo siguen adelante. Con su historial de crédito recién establecido, tienen planes de conseguir más fondos y comenzar un segundo negocio: tal vez un estudio de fotografías para bodas, bautizos y ceremonias escolares.
“Como empresaria, siempre estás dispuesta a triunfar”, dijo Díaz.
Este artículo fue diseñado y producido por Julia Schmalz y Armando Gallardo.

